La nobleza asturiana homenajea a la Virgen de Cillaperlata, la Santina burgalesa
Es un pequeño pueblecito del arciprestazgo de Merindades que contaba en 2007 con apenas 37 habitantes censados. A pesar de ello, Cillaperlata mudó el pasado sábado su habitual tranquilidad para recibir, nada menos, que al Cuerpo de la Nobleza del Principado de Asturias, que se desplazó hasta la localidad para entregar una medalla a la réplica de la primitiva imagen de Covadonga que custodia su templo parroquial.
En efecto, la talla románica policromada de Cillaperlata –gemela de la que originariamente estuvo en el Real Sitio de Covadonga– se conservó durante siglos en el monasterio de San Juan de la Hoz. En el año 1777 un incendio devastó la santa cueva asturiana y acabó con la talla original, que fue sustituida por la imagen actual de la Santina. De ahí que la de Cillaperlata sea la copia más antigua que se conserva de la original talla de Covadonga.
Por esta razón, y ante el 1.300 aniversario de la coronación de don Pelayo como primer rey asturiano, la corporación nobiliaria asturiana presidida por Francisco de Borbón, Duque de Sevilla y Grande de España, rindió su particular homenaje a la Virgen de Covadonga de Cillaperlata, con una eucaristía presidida por el canciller y secretario general de la diócesis, Ildefonso Asenjo Quintana.
El templo parroquial se quedó pequeño para acoger la celebración, a la que acudieron, además, Caballeros y Damas de la Nobleza asturiana y miembros del Cuerpo Diplomático, así como las autoridades locales y numerosas personas que no quisieron perderse el acontecimiento. En el transcurso de la eucaristía, se hizo entrega a la Virgen de Cillaperlata de una medalla conmemorativa del 1.300 aniversario de la proclamación de don Pelayo como primer rey asturiano.
pedro javier rodriguez
19 noviembre, 2018 en 16:57
Seria conveniente recoger los datos historicos que sobre Cillaperlata se leyeron durante la celebracion del acto y compartirlos con la pagina web del ayuntamiento de Cillaperlata, que esta ayuno de los mismos. Todo ello con el permiso de quien los ha recogido.
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