«Los equipos de pastoral de liturgia han de estar al servicio de la comunidad»
El pasado miércoles, y ante una treintena de agentes de liturgia, el delegado diocesano de liturgia, Agustín Burgos, se desplazó hasta su Miranda de Ebro natal para dirigir un encuentro de formación. El tema giraba en torno a la importancia de la liturgia y de sus equipos parroquiales y se desarrolló en los salones de la parroquia del Espíritu Santo.
En su opinión, el equipo de liturgia debe estar formado por personas que quieran vivir la fe auténticamente. Deben ser colaboradores parroquiales con el deseo de servir, de ayudar a la comunidad. El objetivo principal de este equipo es el servicio a la comunidad. Por lo tanto, debe observar, estudiar, reflexionar, organizar y evaluar para que la comunidad pueda vivir mejor la eucaristía y demás celebraciones litúrgicas alcanzando el fin de las mismas: la glorificación de Dios y la santificación de los hombres.
El ponente hizo hincapié en el hecho de que debe ser un equipo capaz de sentir, pensar y actuar. Su labor se inserta en una pastoral de conjunto: pastoral profética – pastoral litúrgica – pastoral social, son dimensiones de la misma y única dimensión de la caridad, que nace de Dios, especialmente de la eucaristía, dando así vida a la Iglesia y al mundo.
Respecto a las cualidades que deben tener los miembros del equipo de liturgia, Agustín Burgos destacó el espíritu del servicio, el espíritu de comunión y de fe, conocer la comunidad cristiana, y el deseo de querer mejorar las celebraciones.