Imagen del mes de septiembre: San Jerónimo

La escultura del santo, obra de Diego de Siloé, se encuentra en uno de los retablos de la Capilla de los Condestables de la Catedral de Burgos.

san jeronimo imagen del mes

 

El autor de esta gran escultura es Diego de Siloé (siglo XVI). Representa a San Jerónimo como un ermitaño en penitencia, utilizando una composición iconográfica muy divulgada, que transmite la gran espiritualidad de este santo.

 

Casi calvo, con mechones sueltos sobre su cráneo, la frente está surcada por arrugas que subrayan la expresión dolorida de sus ojos muy hundidos. Con nariz recta, pómulos demacrados y larga barba y bigote de factura suelta, presenta la boca desdentada abierta, realizada con un realismo sorprendente, sin concesiones a la estética, con ese interés naturalista que también atrajo a los grandes maestros italianos como Leonardo. No hay que olvidar que Diego de Siloé se educó en Italia y que el mismo Leonardo presenta en su cuadro inacabado de San Jerónimo a un viejo calvo, de carne arrugada y brazos musculosos.

 

La anatomía del santo, que refleja el sufrimiento corporal en su flácida carne arrugada marcando los huesos y sus venas hinchadas, presenta, no obstante, una fuerte contextura en la realización de los músculos de sus miembros, con el brazo derecho extendido hacia atrás y sujetando con su mano la piedra con la que se golpeaba el pecho y apoyando la mano izquierda, doblada su muñeca en ángulo, en el libro cuyas páginas señala con sus dedos nudosos.

 

El torso se inclina hacia el crucifijo y a partir de la cintura se halla cubierto por un largo paño azul, doblando sus piernas fuertes y vigorosas. El Crucificado está situado bajo el fondo de lajas en un tronco de árbol con oquedades y un león se halla situado bajo una especie de mesa que forman las rocas.

 

San Jerónimo (340-420), Padre de la Iglesia y fundador de de la Orden de los Jerónimos, es representado generalmente en el desierto como ermitaño haciendo penitencia. Su cuerpo desnudo, propio de una persona entrada en años y mortificaciones, atrajo a los artistas del Renacimiento, que desarrollaron un estudio anatómico de su físico.

 

En la Catedral de Burgos también se puede contemplar una bella pintura titulada «San Jerónimo en su estudio», del taller de Joos van Cleve, ca. 1530, del manierismo flamenco.

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