Con B de Burgos y de Bergoglio
Por Carlos Izquierdo Yusta, vicario general de la archidiócesis de Burgos
El primer contacto tal vez se puede situar en 1965, cuando Jorge Mario Bergoglio tiene 29 años e imparte clases de literatura en el Colegio de la Inmaculada Concepción. Le encanta animar a sus alumnos a escribir cuentos, cuentos originales. Invita al gran escritor argentino de cuentos, a Jorge Luis Borges, a dar un curso de escritura gauchesca. Tanto Borges como Bergoglio se mostraron siembre enamorados del Cantar de Mío Cid. No es de extrañar que lo recitaran juntos con los alumnos y esto quedara para siempre su memoria. El mismo Papa, el 27 de abril de 2024, en la visita de los seminaristas de Burgos recitaba: «Y me viene aquello tan lindo del Mío Cid cuando habla de Burgos: ‘Mío Cid Ruy de Vivar por Burgos entróse, en su compañía sesenta pendones, salíanlo a ver mujeres y varones; burgueses y burguesas están en los balcones’. Esto siempre me viene cuando hablo de Burgos». Sin duda que lo llevaba muy dentro, muchas veces declamado.
Pocos años después, el 8 de abril de 1970, apenas medio año después de ser ordenado sacerdote, aterrizaba en Madrid para dirigirse de inmediato a la Residencia de Jesuitas en Alcalá de Henares. Durante un año iba a residir en este lugar para realizar la última fase en su formación como jesuita. En este momento cuenta con 33 años. Desde 1964 está al frente de la archidiócesis de Burgos Mons. Segundo García de Sierra y Méndez, oriundo de Mohías (Asturias). En un viaje a Burgos con todo el grupo de jóvenes jesuitas, el joven Jorge Mario quiso entrevistarse con el arzobispo. Les unía el parentesco del arzobispo con un tío político suyo. No consta qué hicieron en aquel viaje, más allá de visitar la Catedral y, tal vez, alguna de las cuatro comunidades de jesuitas que había en la ciudad (dos en Gamonal, La Merced y P. Arámburu). ¿Pensó en Oña, donde se preparaban en Filosofía?
Su estancia en Alcalá de Henares (y en España) concluyó el 8 de abril de 1970. Jorge Mario Bergoglio regresó a su país y, después de varios cargos en la Compañía de Jesús y la conclusión de su tesis doctoral en Alemania, recala en Buenos Aires y Córdoba en varias parroquias de la Compañía. Corre el año 1986.
El 20 de mayo de 1992 aparece Burgos de nuevo. Juan Pablo II le nombra obispo auxiliar de Buenos Aires asumiendo la diócesis titular de Auca (actual Villafranca Montes de Oca), donde, según la tradición, San Indalecio, uno de los siete varones apostólicos enviados a Hispania tras la evangelización del apóstol Santiago, fundó allí una comunidad cristiana que daría lugar después a una de las primeras diócesis de Hispania. En 1074, por orden del rey Alfonso VI, la sede episcopal termina en la Iglesia de Ntra. Sra. la Real y Antigua de Gamonal y, un años después, en la zona centro de Santa María, donde se asentará la catedral románica de Burgos. Jorge Bergoglio será obispo auxiliar de Buenos Aires y titular de Auca hasta el 3 de junio de 1997 que es promovido como arzobispo coadjutor con derecho a sucesión de Buenos Aires.
A partir de este momento no constan relaciones estrechas con Burgos. Su intenso trabajo en Buenos Aires le lleva en 2001 al cardenalato de manos de Juan Pablo II. En 2005 participa en la elección de Benedicto XVI y en 2013 es elegido obispo de Roma. Recibió dos visitas ad limina de obispos burgaleses: en 2014 la visita de Mons. Francisco Gil Hellín y en 2021 la de Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa. En septiembre de 2022 recibió la visita de la Fundación del VIII Centenario de la catedral de Burgos en la que volvió a citar la frase del Cantar. En abril de 2024 fueron los seminaristas y formadores de los dos seminarios de Burgos los que charlaron y se fotografiaron con él. Muchos recuerdos y muchos cambios en aquella ciudad y en aquella archidiócesis que visitó en 1970. «En sus palabras un deseo que todavía sigue vivo: Jesús me quiere en esta tierra vaciada para llenarla de Dios».