La presencia de distintos estilos arquitectónicos es patente en este templo. La iglesia románica se construyó a finales del siglo XII principios del XIII. De este periodo es la portada, de arco polilobulado con dos arquivoltas decoradas, columnas de fuste y capiteles adornados con figuras y motivos vegetales. Tuvo otra portada con el muro norte, hoy cegada, conservándose en arco exterior decorado. En el hastial se abre una ornamentada ventana compuesta de arco doblado de medio punto. Al cuerpo primitivo del templo se añadió una espadaña en la esquina lateral, desgajada de la estructura de la nave. En ella se abre un vano con arco de medio punto que permite el paso a la portada principal del templo. Otro tanto sucedió en el siglo XVI con la adición de un ábside, reforzado con contrafuertes que duplica la altura de la iglesia original. Una cornisa de ajedrezado corona los muros de la nave, soportada por una variada serie de canecillos románicos, y el hastial occidental.
En su interior consta de nave única con cubierta de bóbeda de cañón apuntada. En la parte románica de la nave presenta columnas, capiteles y arcos apuntados de este periodo. En su primer tramo, más estrecho que los restantes, se ubica un coro bajo. La cabecera renacentista, de proporciones exageradas respecto al templo original, se cubre con bóvedas estrelladas de piedra.
Se conserva un escudo y lauda con la inscripción del año de fundación de la capilla, año 1613. Pila bautismal románica. El retablo mayor es barroco clasicista, hecho en madera de nogal sin dorar, y muestra las imágenes de la Virgen con el Niño, San Miguel, San Juan Bautista, Negación de San Pedro, Calvario, y San Julián y Santa Basilia. La obra se atribuye al Domingo de Arana y se realizó a mediados del siglo XVII.