Queda en el camino de la alta sierra, en busca de las frescas aguas del Pedroso, en una meseta alta del pueblo junto al hoyuelo del valle, con esta iglesia de trazas románicas, dedicada a San Esteban, aunque, más tarde fue transformada en iglesia renacentista. La torre es rectangular con canes de tacos y bolas; el ábside es cuadrangular con canes lisos; y la portada románica con fustes y basas molduradas, capiteles con bichas, archivoltas de decoración vegetal y ventanal con capiteles, todo del s. XII. Curiosamente, toda la iglesia está construida en piedra sillar de color rojizo de la zona, pero la portada es de piedra caliza, hecha en un taller foráneo. El interior es renacentista de planta de cruz latina con pilastrones, arcos de piedra con bóvedas de crucería y cúpula encamonada de yesos. La pila es románica con gallones, cenefa vegetal en relieve y pie cuadrado con rosetas y geometría. El retablo mayor es barroco salomónico con San Esteban y pinturas de San Pedro, San Pablo, del s. XVII, juicio y lapidación de San Esteban y Calvario, s. XVI. Otro neoclásico con Crucificado gótico y pinturas de Dolorosa y San Juan. Otro neoclásico con San Pedro, San Juan Bautista, San Pablo y leyenda. Aparte, Cristo atado a la columna y Crucificado de cofradía, Virgen del Rosario, Virgen con Niño, rota, s. XV, San Antón y San Sebastián. Lauda sepulcral con leyenda; y en sacristía, cajonería de cuerpo. Ermita de Virgen Blanca del Rebollar, en ruinas, con torre palaciega, puerta gótica con inscripción, ventanas en ajimez, canes de tacos y escudo de los Condestables. En altar, lápida en griego.
Celebra sus fiestas patronales el primer fin de semana de agosto en torno a San Esteban. Y el primer domingo de septiembre por la Virgen Blanca.