Parroquias

Parroquia San Lorenzo el Real – Burgos

El templo parroquial de San Lorenzo el Real es de finales del siglo XVII, de estilo barroco jesuítico. Y su recinto muy acogedor. Fue construido por la Compañía de Jesús y, en su tiempo, estuvo dedicado al Salvador. Esta iglesia era la capilla del Colegio que los PP. Jesuitas tenían en la lindante calle de San Carlos. Circunstancias de la historia hicieron que la iglesia, después de estar cerrada durante diez años, pasase a la titularidad de la Diócesis de Burgos, que a su vez, la dedicó a San Lorenzo, mártir. Esto ocurrió en 1777.

El edificio está construido en su totalidad con piedra de Hontoria. En el interior del templo hay cuatro grandes columnas que sostienen la cúpula, que da luz y belleza a todo el recinto de la iglesia. En las bóvedas y la cúpula se despliega todo un alarde decorativo con rica yesería y profusamente ornamentadas.

El retablo del altar mayor es churrigueresco. Llama la atención su abundante decoración y colorido, con hermosas imágenes. La base del templo es una cruz latina con cruz griega, que forma un octógono irregular. En cada uno de sus lados hay una capilla, todas de estilo churrigueresco y la mayor parte, dedicadas a la Virgen María.
La fachada es neoclásica, fundamentada en cuatro columnas corintias que sostienen una hornacina sobre la cual reposa la imagen de San Lorenzo con su parrilla martirial.

Aquí vivió y aquí elaboró su famoso Catecismo (el conocido Catecismo de Astete), el jesuita P. Gastar Astete (Salamanca, 1537- Burgos, 1601). En dicho catecismo (editado posteriormente por el P. Remigio Vilariño (1865-1939) y del cual vendría el título de Catecismo de Astete-Vilariño), aprendieron la doctrina cristiana muchas generaciones de niños y jóvenes españoles.

La Parroquia de San Lorenzo está ubicada en el centro histórico de la ciudad de Burgos. Dentro de ella se sitúan muchas de las instituciones de la ciudad, como el Ayuntamiento, la Diputación Provincial, el Palacio de Capitanía, el Casino, la Institución Fernán González… Es un lugar de paso de mucha gente a lo largo del día, de compras y de paseo, de turismo y de locales de ocio. La Plaza Mayor, el Paseo del Espolón y la cercanía de la Catedral lo propician.

La parroquia tiene una honda tradición de cofradías de Semana Santa y de distintas advocaciones de la Virgen María. En esta parroquia vive la fe una comunidad cristiana que apuesta fuertemente por la formación cristiana de adultos y por la espiritualidad, a la vez que busca ser un parroquia de comunión, servicio y corresponsabilidad.